jueves, septiembre 15, 2005

As bad as it gets

Estoy en medio de los exámenes. Ya ha pasado la parte más dura de ellos, ya qeu apenas me quedan dos, pero tengo una semana para prepararlos, a parte de que son más fáciles que los anteriores qeu tuve. Sin embargo, no se que hacer. No estoy estudiando para estos tanto como debería. He dedicado el tiempo a arreglar un ordenador que no hacía falta y qeu podía esperar dos semanas sin quejarse. He navegado por sitios que tampoco hacía falta. Se podría decir que estoy reventado de estudiar. Llevo casi dos años sin parar. Apenas me he tomado 30 días de vacaciones en estos más de 700 días. Dudo mucho que tenga tiempo para tomarme unos días, ya qeu en cuanto empiece el curso tendré qeu liarme con los laboratorios, pasarme el día fuera de casa otra vez. Por lo menos espero tener algo más de tiempo libre, que si no son vacaciones, como mínimo da para evadirse leyendo un libro o escuchando algo de música con unos auriculares. La vida del estudiante es una puta mierda. Si no fuera porque sales los fines de semana, o porque puedes quedar con los coelgas a echar unas canastas a las 12 de la noche entre semana cuando no es invierno y no preocuparte por tener qeu madrugar (bendito horario de tarde para tener las clases). Si no fuera porque (ilusamente) crees que es un esfuerzo pasajero y que cuando acabes todo va a ser de color de rosa (que lo será si ese es el fondo de pantalla que te pones en el ordenador).


Creo que estoy en la crisis de mitad de la carrera. Ese momento donde has perdido la ambición y las ganas con las qeu entras en primero y donde todavía no tienes la satisfacción de verte a punto de acabar y diciendo ¡¡ Iros todos a tomar por culo !! (auqneu te falte por presentar el PFC o vayas luego a pedir una beca de investigación y te tengas que tragar tus palabras). Y no sólo eso. Es ver como llegas a un examen de septiembre y de todos los qeu conoces, eres el único qeu se presenta. No porque todos hayan aprobado, lo cual, aunque putada, sería un aliciente, sino que nadie ha llegado hasta allí, y lo que también debería ser un subidón de autoestima (zoy el mejor!!), se convierte en melancolía, en ver que te quedas solo, y qeu cada vez conoces menos gente de la que estas rodeado (ahí el horario de tarde no es una bendición, es una putada si la gente qeu conoces está yendo sobre todo por la mañana). Durante la semana, apenas veo a la gente con la qeu entré a la universidad alguna mañana que tenga laboratorio y ellos tengan clase que quedemos para tomar un café, o alguna tarde que viceversa. Luego llega el viernes y has quedado con ellos para ir a ver una película, jugar a los bolos, tomar algo, pero no es lo mismo, durante la semana, te falta algo. Para eso, tengo suerte de que me queda internet. No es que yo sea el tipo de persona que solo tiene amigos por la red, y qeu su ambición es conocer más y más gente por la red. Ni mucho menos. Es la cantidad de cosas qeu me ofrece, desde películas cuasi-descatalogadas, música que no ha llegado a venderse aquí, antiguos partidos de basket o cualquier otra cosa por las que el resto del mundo sin ingún miramiento te llamaría (te llama) friki. Y sí, lo eres. Te das cuenta de que intentando ser normal eres un bicho raro, incluso tus amigos a veces no te entienden. Y ya me da igual. Estoy acostumbrado a ello (me paseo con camisetas de heavy metal, chaquetas vaqueras raidas o camisetas dela NBA entre pijos y sus polos de Hilfigher y ropa de marca, así qeu ya me da igual que me miren mal). Y lo peor es que uno lo llega a asumir, no como algo despectivo, sino propio. No es orgullo, es indiferencia, pero asumida.

Bueno, creo qeu voy a estudiar (bueno, antes haré la matrícula del próximo curso qeu por inet el plazo se abre esta medianoche), y cuando acabe los exámenes, intentaré qeu esto sea algo más divertido.

2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Te entiendo perfectamente, Qeu, pues las sensaciones de las que hablas son las mismas que hemos pasado muchos en un momento determinado de la carrera en el que llegas a hastiarte y todo te la suda.

Pero te aseguro que la vida de estudiante no es una "puta mierda", sino todo lo contrario. Es cierto que te pasas el día puteado estudiando o de prácticas o, en el mejor de los casos, tocándote las narices y estudiando unos días antes del examen. Y además, sin contar con que luego venga un profesor capullo, acomplejado en su vida social, pero creyéndose Dios Padre Omnipotente en su materia, y te acabe jodiendo vivo porque "mola" tener un 85% de suspensos. Pero también es cierto que es una etapa de la vida muy placentera, en la que no hay demasiadas obligaciones en el panorama, y que luego uno recuerda con una nostalgia agridulce.

Yo echo de menos mis clases, la verdad. Quiero decir, cuando era alumno, por supuesto XD No todas, claro está, pero sí esa sensación de sentarme en la banca y asimilar cual esponja todo lo que me iban diciendo y pasarlo en grande al oir cosas que desconocía. También es verdad que he pasado clases espantosas que merecerían ser premiadas con torturas superlativas para el docente, pero en general, echo de menos esa etapa.

Quizás, por esa razón, procuro que mis clases no sean un pestiño lamentable en la que suelto un rollo infumable para que la gente se duerma. Se puede pasar bien en clase, sea uno el docente o el alumno. Todo depende de cómo se plantee la misma y del grado de interés que se le ponga.

Ya verás como esa sensación que ahora tienes, se acaba diluyendo progresivamente ;)

Y te dejo con este ladrillo, que mañana tengo tutoría a las 10. Son casi las 6 y me parece que no voy a dormir ni 2 horas.

Saludos.

15 septiembre, 2005 05:49  
Blogger pacovazqeuz ha dicho...

Como escribí, " Si no fuera porque (ilusamente) crees que es un esfuerzo pasajero y que cuando acabes todo va a ser de color de rosa (que lo será si ese es el fondo de pantalla que te pones en el ordenador)", es una sensación contradictoria. Te das cuenta que puedes llegar a hartarte de todo, pero que más adelante, cuando acabves, estarás más harto de todo y lo echarás en falta. Es la continua vision pesimista, o no pesimista, sino la del "querer más".

Ya digo que tiene sus cosas buenas (ya me acordaré cuando pague vivienda, comida propia, me haga la colada etc, de mis padres y de como vivo ahora, como un marajá, casi qeu se diría), pero las malas se quedan enquistadas y aunqeu no muy malas, se quedan como la grasa en una tubería, hasta qeu la tubería explota... o le echan un destascante, que ojala lo descubra pronto.

16 septiembre, 2005 02:26  

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